Cuando hablamos de que el tratamiento de depilación láser es único para cada persona, esto se debe a varios factores. Si bien hay muchos que están relacionados al estilo de vida, hay aspectos biológicos que también influyen en las experiencias individuales. El tipo de piel de cada persona es pieza clave en la receptividad, sensibilidad y duración del tratamiento. Por esta razón, es importante que los profesionales que realizan la depilación láser conozcan la escala del tipo de piel Fitzpatrick y ajusten la intensidad del láser según corresponda para lograr los mejores resultados. ¡Conoce más sobre esta escala a continuación!
La escala del tipo de piel Fitzpatrick es el sistema de clasificación de piel más ampliamente utilizado para la depilación láser. Fue desarrollado por el dermatólogo de Harvard Thomas Fitzpatrick en 1975 y se basa en la respuesta de la piel a la exposición al sol mediante las siguientes seis categorías, cada una de ellas relacionada con la cantidad de melanina presente en la piel:
- Tipo I: Piel muy clara, siempre se quema y nunca se broncea.
- Tipo II: Piel clara, se quema fácilmente y se broncea mínimamente.
- Tipo III: Piel media, se quema moderadamente y se broncea gradualmente a un tono marrón claro.
- Tipo IV: Piel oliva, se quema mínimamente y se broncea fácilmente a un tono marrón moderado.
- Tipo V: Piel marrón, raramente se quema y se broncea fácilmente a un tono marrón oscuro.
- Tipo VI: Piel muy oscura, nunca se quema y siempre se broncea a un tono marrón oscuro.
Esta escala es una herramienta valiosa e importante para la depilación láser porque ayuda a determinar la intensidad del láser que es necesaria para un tratamiento efectivo. Recordemos que la melanina –el pigmento que da color a la piel y al cabello– absorbe la energía láser. Por ende, se debe variar en la intensidad del láser que sea utilizada.
Por ejemplo, cuanto más oscuro sea el tono de la piel, más melanina habrá presente y más energía láser se absorberá; esto puede hacer que la piel se caliente demasiado y se queme. Asimismo, los tipos de piel más claros tienen menos melanina y requieren una intensidad de láser más alta para lograr los resultados deseados. Si nos basaos en la escala Fitzpatrick, podemos decir que una persona con piel tipo I o tipo II puede requerir un láser con una intensidad más baja, mientras que una persona con piel tipo V o tipo VI puede requerir una intensidad más alta.
Los profesionales de depilación láser no solo deben tener en cuenta cuales son los cuidados necesarios o efectos secundarios que se puede enfrentar según estas seis categorías, sino que además deben tener experiencia trabajando con diferentes tipos de piel y ajustando la configuración del láser según corresponda. Si un técnico no utiliza la intensidad de la luz láser correctamente, los posibles efectos secundarios pueden incluir:
Tipo de piel I y II: personas con piel clara
- Enrojecimiento temporal y leve inflamación de la piel tratada
- Pigmentación temporal, como manchas marrones o blancas
- Picazón o ardor en la piel tratada
- Sensibilidad al sol después del tratamiento
- Posible quemadura o ampolla si se utiliza una intensidad de láser inadecuada
Tipo de piel III-VI: personas con piel media u oscura
- Cambios en la pigmentación, como manchas marrones o blancas
- Quemaduras en la piel si se utiliza una intensidad de láser inadecuada
- Enrojecimiento temporal y leve inflamación de la piel tratada
- Picazón o ardor en la piel tratada
- Sensibilidad al sol después del tratamiento
Comprender la escala de piel Fitzpatrick y cómo los diferentes tipos de piel absorben la energía láser es fundamental para un tratamiento exitoso, libre de lesiones y repleto de los resultados anhelados. En Aria, contamos con un equipo profesional que cuenta con vasto conocimiento y experiencia en pieles diversas. Llámanos hoy y confía tu piel en nosotras. ¡Mereces lo mejor! Elige Aria.